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Sexo a cualquier edad

¿Imaginas una residencia de ancianos en la que las correrías nocturnas se asemejen a las de un hotel con adolescentes en el viaje de final de curso? Pues ocurre. Prepárate para jubilarte del trabajo y disfrutar de la vida… y del sexo a la tercera edad.

El sexo a cualquier edad y también en la vejez

El sexo no entiende de edades

Hace unos años, después de ofrecer una charla sobre sexualidad en uno de los congresos al que fui invitada como conferenciante, se me acercaron dos mujeres con uno de mis libros publicados para que lo firmara. Aprovecharon la ocasión para preguntarme por qué mi obra recogía tan pocos testimonios de personas mayores, si se trataba de un síntoma de pérdida de interés por el sexo. Les dije que no, que, en realidad, la escasez de testimonios de personas de edad avanzada sólo se debía a que eran pocas las que conseguían expresarse por escrito en esas generaciones, y mucho menos ante un ordenador personal.

Me explicaron que trabajaban en una residencia para personas mayores y que se habían percatado de que los entrañables abuelos y abuelas aprovechaban la calma nocturna para colarse en las habitaciones de sus compañeros, con quienes habían ligado durante el día. Me encantó saber de esas correrías nocturnas, y me pregunté qué dirían de ellos los nietos adolescentes, esos estudiantes que tienen en vilo a los profesores durante los viajes...

John y Phyllis se conocieron en la residencia de ancianos, se enamoraron y se acaban de casar

Unos meses después, acudí al programa de televisión de TV3 Banda ampla, que aquella noche trataría de ‘Las edades del sexo’ y en el que muchas de las parejas ya mayores se quejaban de que, cuando al fin disponían de tiempo, de espacio sin hijos y habían perdido el temor a los embarazos, los hijos les pedían que cuidaran de los nietos, por lo cual perdían de nuevo la intimidad.

También el sexólogo Alfonso Antona, en una publicación para el Ministerio de Asuntos Sociales, titulada 'La sexualidad en las personas mayores', lo confirma: «En un trabajo que realizamos en una residencia de ancianos, con una media de edad de 82 años, una mujer de 83 me comentaba cómo tuvo su primer orgasmo a la tierna edad de 81 años"».

Viejos verdes

Una de mis antiguas compañeras de escuela, Loli Cruz, que realiza pasteles personalizados publicó en su página Dulces tesoros de Loli Cruz esta imagen.

Las personas mayores también disfrutan de su sexualidad y no hay por qué considerarlos viejos verdes

Debajo de la figura, reza la leyenda "Amar es sostenerse el uno al otro hasta la vejez" y fue encargada por los hijos de una pareja que celebraban sus bodas de oro y para quienes la sexualidad siempre ha sido importante. 

Seguro que para muchas personas resulta chocante. También para quienes les conoce de siempre y fueron invitados al evento.

Yo, en cambio, pienso en Ana, una de las protagonistas de Heridas ocultas, y en el momento en que contempla cómo la madre atiende a su padre en el hospital:
«Ana sabía que aquellos cuidados eran fruto del amor que el uno sentía por el otro, y no de un sentido del deber. En otro momento de su vida, antes de que su matrimonio se estropeara, habría sido algo reconfortante comprobar que era posible quererse así después de treinta o cuarenta años de relación, pero ahora percibía el roce de los celos y una capa de autocompasión comenzó a envolverla.»
Que nuestra sociedad utilice expresiones como «viejo verde» demuestra que todavía quedan tabúes por romper, y que la sexualidad en ese periodo que llamamos «tercera edad» es uno de los que se mantiene en pie con mayor firmeza, como si al jubilarse del trabajo, uno tuviera que retirarse, también, de la vida. 

El sexo es un ejercicio cardiovascular que reduce el colesterol y oxigena el tejido y los órganos vitales, refuerza nuestro sistema inmunológico y eleva nuestra estima. Un ejercicio que no tenemos por qué abandonar cuando nos hacemos mayores. 

Para continuar disfrutando de la sexualidad sin que los achaques de la edad interfieran en la satisfacción y el placer, es recomendable reforzar los músculos que intervienen en tan gozosa actividad. En las mujeres evitaría problemas como la pérdida de orina, y para los hombres es una buena gimnasia que ayuda a controlar la eyaculación. No esperes a hacerte mayor para comenzar a cuidarte, y recuerda siempre que las relaciones sexuales no deben limitarse a las estrechas fronteras del coito. Un hombre de 71 años, que a causa de la diabetes no siempre podía tener una erección, se olvidó de la penetración y comenzó a masturbar a su esposa. Fue entonces cuando ella disfrutó plenamente del sexo.

Consejos para una buena salud sexual en la vejez

Fortalecer el PC masculino

Como explico en el libro para parejas Sedúceme otra vez, los terapeutas proponen este ejercicio a los hombres para mantener en forma los músculos que intervienen en la erección: al inhalar, contrae el músculo PC como si detuvieras el flujo de la orina. Sostén la respiración y la contracción contando hasta tres, luego haz una extra contracción fuerte. Ahora, al mismo tiempo, relaja el músculo y la respiración. 

Repite el proceso, al menos, 20 veces en la primera sesión. Puedes practicar el ejercicio mientras estás sentado, de pie, caminando o descansando. Aumenta cada día el número de repeticiones. Puedes comprometerte a realizarlo de camino al trabajo y también durante el regreso. 

Ejercicios del PC para ella

Puedes combinar los clásicos Kegel (consisten en contraer el músculo pubococcígeo y luego relajarlo) con la respiración. La profesora de yoga Laura Herrojo sugiere que lo hagas tumbada de espaldas con los pies apoyados sobre la alfombra. Imagina que contraes las paredes de tu vagina al inspirar como si fuera un ascensor que asciende y se para en tres pisos. Inspiras y contraes, paras, exhalas sosteniendo esa contracción, vuelves a inspirar y a contraer para subir otra planta, espiras otra vez sin soltar la musculatura para alcanzar el tercer piso. Al relajar la musculatura tampoco lo haces de una vez, sino que bajas las plantas de una en una con el mismo ejercicio respiratorio.

Procura realizar estos ejercicios cada día durante diez minutos.

Consejos para una buena salud sexual en la tercera edad

Existen muchos modelos de bolas chinas.
Asesórate y elige el más adecuado para ti.

¿Has probado las bolas chinas?

«Yo compré unas y las probé una vez, pero ni me enteré de que las llevaba puestas», explica una treintañera. ¿Cómo las probaste, te quedaste sentada? ¡Por supuesto que no las notas! Para que las bolas chinas —también llamadas de geisha, Ben Wa o asiáticas— tengan algún tipo de efecto, hay que moverse: caminar, correr, llevártelas puestas al gimnasio, practicar pilates o cualquier tipo de ejercicio. Y si no las notas, es que tienes bien fortalecido tu suelo pélvico.

Como escribe la sexóloga Eva Moreno en su obra Mujeres, juguetes y confidencias (publicado por Planeta): «No, no vas a llegar al orgasmo con las bolas. Sería muy difícil, aunque no imposible... Digamos que te tomarás de otro modo la espera en la cola de la pescadería, o si vas al trabajo cuando sabes que tienes a primera hora una de esas soporíferas reuniones que monta el jefe para que le riáis sus chistes malos, tendrás algo más de lo que reírte, como si establecieras un juego cómplice contigo misma. Tú estás ahí, con tus bolas puestas, y nadie más lo sabe, y tampoco saben por qué te ríes con ganas».

Actualmente se está recomendando el uso de las bolas para fortalecer el músculo pubococcígeo (PC) y prevenir la incontinencia urinaria, al igual que hacen los ejercicios Kegel. Por cierto, ¡si los practicas con las bolas puestas su efecto es más intenso!

Los músculos PC son fundamentales para sentir placer sexual, por eso hay que mantenerlos en forma. Con el uso de las bolas te notas más sensible: prueba a tener sexo con tu pareja en cuanto te las quites. Puedes tenerlas puestas durante los preliminares y que sea él quien tire del cordoncito. Verás que estás hiperlubricada y a veces el acto de sacarlas suena como si descorcharan una botella de cava. ¿No tiene su gracia?

Comentarios

  1. Excelentes consejos a la hora de follar, ya que sin duda, no importa la edad, sino las ganas de pasar un rato íntimo con tu pareja y dejar que vuele la imaginación!

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    Respuestas
    1. Y también cuidarse, e informarse cuando uno nota los cambios en su cuerpo. Aprender a adaptarse a los cambios físicos y a las nuevas circunstancias. Y por supuesto, como bien dices, echar mano de la imaginación, esa gran aliada. Gracias por comentar.

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